Un mundo para fotografiar bajo el mar



Las vistas desde los acantilados, los verdes valles y las playas son algunos de los paisajes más fotografiados por los turistas que visitan la comarca avilesina. Pero hay paisajes desconocidos que solo unos pocos privilegiados son capaces de captar a través de un objetivo. Los peces, los arrecifes y los ambientes submarinos constituyen el hobbie preferido de Luis Ángel Díaz, campeón de Asturias de Caza Fotográfica en Apnea 2011, que participó ayer en el Campeonato de Asturias de Fotografía Submarina en la playa gozoniega de Moniello. 

Este buceador de 24 años y su compañero Antonio Alba, que le sirve de modelo en este concurso, aspiran a un puesto en el Campeonato de España. «Todo surgió cuando empecé a estudiar Biología. Como me gustaba mucho el mar y me encantaba la fotografía, probé el buceo», explicó Luis Ángel Díaz. 

«La sensación que se experimenta a varios metros bajo el agua es lo más parecido a la relajación absoluta. Es increíble, puedes observar una fauna diferente mientras escuchas tan solo el sonido de tu respiración», según explica la invitada cántabra Virginia Fernández. «Sentirte mecida por la corriente es una sensación única», añadió su compañera Rebeca García. Pero un deporte como el buceo no está exento de peligro, y de riesgos sabe un rato el veterano Antonio Alba, que en una inmersión se quedó sin aire en las profundidades y tuvo que tirar de su compañera para poder sobrevivir. 

Las 11 parejas participantes realizaron ayer cuatro inmersiones de 90 minutos cada una para tomar las seis fotografías que optan a ganar la competición: dos de peces, dos de invertebrados y dos de ambiente. Para evitar trampas, cinco comisarios esperan en las playas y vigilan desde un barco. Aquellos submarinistas que superen la hora establecida son sancionados con una penalización de dos fotos por minuto. «En una ocasión encontramos una medusa enorme, nos pusimos a hacerle fotos y se nos pasó el tiempo completamente, fue una verdadera faena», aseguró Antonio Alba. Según la representante de la Federación, Esther Martínez, la afición está repuntando. «La foto submarina ha mejorado muchísimo gracias a la tecnología. Ahora las cámaras son más potentes y permiten al fotógrafo estar más tiempo observando. El único problema es el precio de los equipos porque se han encarecido y solo pueden permitírselos algunos buceadores», explicó Martínez. 

La calidad, la rareza del pez, el ambiente y la luz son algunas de las características que el jurado tendrá en cuenta a la hora de analizar cada una de las fotos y de elegir a los buceadores que se sumergirán en el Campeonato de España.

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