Entrevista a: Alejandro Reyes


El amor, el cuento de nunca acabar



«Los príncipes azules destiñen». Así se titula el libro de la escritora Gabriela Acher sobre uno de los asuntos que más preocupa a muchas mujeres: los hombres. La idealización masculina siempre ha sido un tema de discusión para todas aquellas que buscan un príncipe seductor pero fiel, misterioso pero fiable, romántico pero práctico y duro pero tierno. Una idea vinculada a historias infantiles como «Blancanieves y los siete enanitos» o «La Bella Durmiente», y que se aleja tremendamente de la realidad. Iván Rotella, sexólogo y coordinador del centro de atención sexual, explicó ayer en una de sus ponencias del curso de la Universidad de Oviedo, «Sexología: erótica, deseo, amor y pedagogía», que igual que sucede con las historias infantiles, si la gente se cree todo lo que ve en las películas porno, probablemente en unos años tenga que tener una consulta psicológica en vez de sexual. Y es que «un tío que sea bueno con el ordenador puede hacer que salga el AVE con pasajeros saludando de la vagina de una mujer», así de explícito fue el sexólogo. 

Las películas para niños se han convertido en el referente amoroso de muchas personas, un amor «ideal» que tiene unos prototipos muy determinados y que en pleno siglo XXI ya no refleja a la población. Ahora las niñas no sólo han dejado de querer ser princesas, sino que muchas prefieren no tener príncipe, o incluso ejercer ellas mismas de heroína en la película. 

A pesar de todo, el mito de la media naranja o el amor cortés e imposible de «Romeo y Julieta», son ideas que la propia sociedad determina y que se ha convertido en una norma social, que como tal, exige un castigo para aquellos que se desvían. «Ya llegará tu hombre ideal», «¿Cuándo os casáis?» y «se te va a pasar el arroz», son algunas de las frases más habituales. «El amor depende de cada persona y está en nuestras manos cambiarlo si no estamos a gusto con él», explicó Anabel F. Francos en su charla sobre «Buenos amores». La sexóloga apoya exclusivamente una idea: ser feliz. No importa si para ello hay que ir en contra de la sociedad y sobre todo, no se deben seguir los modelos establecidos si no te llenan. Y es que la tradicional frase «fueron felices y comieron perdices» ya está pasada de moda. Ese amor por el que tanto se lucha en las historias y por el que tan mal se pasa hasta que se consigue? ¿De verdad es tan perfecto que dura para siempre? ¿Qué ocurre después del beso y del «the end»? 

La convivencia, los roces y las frustraciones le llegan hasta a la mismísima Blancanieves. No existe la pareja perfecta porque detrás de esposas y maridos, novios o novias, parejas o amigos con derecho a roce, están las mujeres y los hombres. Las personas. Y puede que para muchas de ellas el amor no se conciba como la unión perpetua entre dos individuos. Puede que los objetivos vayan desde el matrimonio, hasta la independencia absoluta, o incluso la formación de una pareja permitiendo relaciones sexuales con otras personas, explicaron los sexólogos. Las reglas las pone cada uno. Ése era el objetivo de la charla de Francos. ¿Por qué llamar amor a lo que en realidad es sexo? ¿Por qué hay que buscar enamorarse cuando sólo apetece un rato de diversión? 

Que ahora las mujeres ya no usan zapatitos de cristal y que todo el mundo sabe que los finales felices son historias sin acabar. 

Consejos de la sexóloga:

l Los celos. La mayoría de las personas tienen celos. Cuando se vuelven enfermizos, los celos comienzan a incomodar y a hacer daño a la pareja.

l No respetar el espacio de la pareja. Tiene que correr el aire y que cada uno tenga su espacio. l Falta de comunicación. Hablar las cosas pero sin llegar a lo que la sexóloga Ana Fernández denomina «sincericidio», que es decirle a la pareja cosas que le pueden llegar a hacer daño.

l Expectativas. Creer que la otra persona va a cumplir todas y cada una de las expectativas.

l Decidir por la pareja. Poner en el pensamiento de la otra persona pensamientos que no son suyos.

l Deseo erótico propio. Creer que los dos viven la relación como lo hace uno, cada uno es cómo es.

l Hijos. Convertir a los hijos en el centro de la relación porque se olvida que hay espacios para la pareja.

l Rutina. Hay que cuidar a la pareja, en el sentido de conquistarla diariamente.

l Cuidarse. Tanto a nivel físico como emocional. Mimarse y hacer cosas que gusten. Cuanto mejor se sienta uno consigo mismo más cosas positivas le transmitirá al otro.

l Formas de sorprender. Es muy importante buscar espacios poco habituales o salir a cenar un par de veces al mes por sitios diferentes.

l Cama. Hay que ir a disfrutar no a competir. No son los juegos olímpicos.

Un mundo para fotografiar bajo el mar



Las vistas desde los acantilados, los verdes valles y las playas son algunos de los paisajes más fotografiados por los turistas que visitan la comarca avilesina. Pero hay paisajes desconocidos que solo unos pocos privilegiados son capaces de captar a través de un objetivo. Los peces, los arrecifes y los ambientes submarinos constituyen el hobbie preferido de Luis Ángel Díaz, campeón de Asturias de Caza Fotográfica en Apnea 2011, que participó ayer en el Campeonato de Asturias de Fotografía Submarina en la playa gozoniega de Moniello. 

Este buceador de 24 años y su compañero Antonio Alba, que le sirve de modelo en este concurso, aspiran a un puesto en el Campeonato de España. «Todo surgió cuando empecé a estudiar Biología. Como me gustaba mucho el mar y me encantaba la fotografía, probé el buceo», explicó Luis Ángel Díaz. 

«La sensación que se experimenta a varios metros bajo el agua es lo más parecido a la relajación absoluta. Es increíble, puedes observar una fauna diferente mientras escuchas tan solo el sonido de tu respiración», según explica la invitada cántabra Virginia Fernández. «Sentirte mecida por la corriente es una sensación única», añadió su compañera Rebeca García. Pero un deporte como el buceo no está exento de peligro, y de riesgos sabe un rato el veterano Antonio Alba, que en una inmersión se quedó sin aire en las profundidades y tuvo que tirar de su compañera para poder sobrevivir. 

Las 11 parejas participantes realizaron ayer cuatro inmersiones de 90 minutos cada una para tomar las seis fotografías que optan a ganar la competición: dos de peces, dos de invertebrados y dos de ambiente. Para evitar trampas, cinco comisarios esperan en las playas y vigilan desde un barco. Aquellos submarinistas que superen la hora establecida son sancionados con una penalización de dos fotos por minuto. «En una ocasión encontramos una medusa enorme, nos pusimos a hacerle fotos y se nos pasó el tiempo completamente, fue una verdadera faena», aseguró Antonio Alba. Según la representante de la Federación, Esther Martínez, la afición está repuntando. «La foto submarina ha mejorado muchísimo gracias a la tecnología. Ahora las cámaras son más potentes y permiten al fotógrafo estar más tiempo observando. El único problema es el precio de los equipos porque se han encarecido y solo pueden permitírselos algunos buceadores», explicó Martínez. 

La calidad, la rareza del pez, el ambiente y la luz son algunas de las características que el jurado tendrá en cuenta a la hora de analizar cada una de las fotos y de elegir a los buceadores que se sumergirán en el Campeonato de España.

«Ekabo, ekabo»: bienvenido al ritmo africano



Decenas de adultos, jóvenes y niños cantaron ayer al unísono «ekabo, ekabo...» -bienvenido en un dialecto africano- mientras bailaban al ritmo de los tambores en la plaza del centro cultural Niemeyer. El coreógrafo y bailarín nigeriano Peter Badejo se quiso despedir de los avilesinos con una clase magistral abierta a todas las personas que tuviesen ganas de sentir la verdadera esencia de la danza africana. 

Era la una de la tarde, el tiempo acompañaba y los tambores sonaban, pero los espectadores se mantenían fríos, alineados lejos de los bailarines. Fue solo cuestión de minutos que los más atrevidos se animarán a romper el hielo para que, luego, decenas de personas les siguieran. El grupo «Badejo Arts» cuenta con 13 componentes que después de haber interpretado el espectáculo «Culture is my pride» el día anterior animaron ayer a todos los espectadores a bailar. O mejor dicho, a casi todos; Wole Soyinka, el primer Nobel de literatura africano, no se quiso perder la clase magistral y se acercó a la plaza, aunque para él la clase fue solo teórica. 

«Estamos muy contentos por haber sido invitados a esta magnífica ciudad y muy felices porque un centro tan importante como el Niemeyer realce nuestra cultura», afirmó Badejo. Esas fueron las palabras con las que el director del grupo introdujo el baile. Más tarde añadió: «La danza forma parte de nuestras vidas, es nuestra interpretación filosófica de ella, el modo de ver nuestro día a día. Nace y muere con nosotros». Además, el director explicó que se sentía muy arropado por la cálida audiencia avilesina y que eso le recordaba mucho a la gente de su país. 

«La danza africana es un sentimiento y por eso tiene que salir desde muy adentro; sólo así puedes expresarlo luego hacia el exterior. Yo creo que el sonido está interconectado con el cuerpo y por eso los movimientos africanos fluyen con naturalidad», explicó el coreógrafo. «Odabo», que significa adiós en dialecto africano, resonó con fuerza en las bocas de los bailarines del grupo y también en la de los bailarines improvisados. Y, aunque la música inspiraba alegría, la caras de tristeza por la despedida se apoderaron de muchos de los visitantes nigerianos.

La cultura africana llega a Avilés de la mano del Nobel Wole Soyinka



La cultura africana llega al centro cultural Niemeyer de la mano del premio Nobel de Literatura Wole Soyinka y del coreógrafo y bailarín Peter Badejo. El arte, la literatura, la danza y el cine, todo ello con acento nigeriano, se podrán disfrutar desde esta tarde y durante todo el fin de semana. 

La inauguración de la muestra «Máscaras y miniaturas. Colección personal de Wole Soyinka» está prevista para las ocho de esta tarde en la sala 2 del edificio polivalente. Lo llamativo de la exposición es que lo que se muestra son objetos personales del propio Soyinka reunidos durante años en su casa de Nigeria. Además, para que los visitantes puedan acercarse a la cultura y a la literatura africana, el primer Nobel africano de Literatura ha seleccionado unos libros de gran valor histórico que todos los presentes podrán leer y disfrutar en la «Biblioteca Nigeriana, por Wole Soyinka», situada en el mismo lugar que la exposición.

El mismo día, el famoso bailarín nigeriano Peter Badejo presentará a las diez y media de la noche «Arugbá» una película del cineasta Tunde Kelani, que ha seleccionado una serie de películas de bajo presupuesto y filmadas en vídeo para incluirlas en el ciclo Series Africanas de Soyinka (SAS), una forma de acercar gratuitamente la cultura africana al gran público. 

El sábado, 6 de agosto a las ocho de la tarde Soyinka acercará a sus oyentes a la situación de la cultura de su país y mostrará el impacto que ésta tiene sobre la sociedad en la conferencia «Cultura y política en Nigeria». Y para acompañarlo, una hora después, en el club, el bailarín Badejo le pondrá ritmo al día con su espectáculo «Culture is my pride». Desde Trípoli hasta Ciudad del Cabo, el afamado grupo de danza «Badejo Arts» bailará para el público asturiano en un espectáculo lleno de sonido y de movimiento. Su director artístico es el propio Peter Badejo, condecorado con la Orden del Imperio Británico por la Reina de Inglaterra debido a su contribución al desarrollo de la danza en Gran Bretaña. 

Como remate final al fin de semana «africano», el Centro Niemeyer se despide con una clase magistral del bailarín para personas a las que les guste la danza, ya sean profesionales o principiantes. Una actividad para todos los públicos que se llevará a cabo a la una de la tarde en la plaza del Niemeyer.

Entrevista a: Jenefer Lowe



Jenefer Lowe nació en Cornualles (Inglaterra) y está licenciada en Estudios Celtas por la universidad de Aberystwyth y de Cardiff. Actualmente es la gerente de una asociación del sector público encargado de realizar proyectos destinados a desarrollar el uso de la lengua del condado y ha acompañado al grupo «Kekezza» en el festival Beltaine. 

-¿En qué consiste exactamente su cargo dentro de Cornualles? 

-Se puede decir que soy la encargada de la lengua. 

-¿Por qué viaja con el grupo «Kekezza»? 

-Porque hay dos grupos de este tipo, uno es el de los mayores, que es donde yo bailo, y otro es el de las pequeñas, que es el que está aquí y donde también baila mi hija. Ella empezó cuando era muy pequeña tocando con el de las mayores y tomó la iniciativa de crear un grupo, y aquí esta ahora. 

-¿Por dónde han viajado?

-Por toda la Bretaña francesa, por Gales y ahora en España con el grupo de las pequeñas. Con el grupo de los mayores hemos estado por América, Rumanía y en general por todos los países celtas (Francia, Escocia, Gales?) 

-¿Desde cuándo se dedicas al folcklore? 

-Hace treinta años que empecé a bailar y llevo tres con el grupo de los mayores. 

-¿Cuál es el objetivo principal de su grupo? 

-Intentamos desarrollar nuestra cultura para que no se pierdan las costumbres. Estamos recuperando la tradición respecto al baile, al idioma etc. El «kernewek» es un idioma que se remonta a la época medieval y que es una mezcla entre escocés y el idioma de Bretaña, y tratamos de expandirlo. 

-Dígame alguna peculiaridad de su tierra. 

-Lo más típico de Cornualles es un pueblo pesquero en el que se practica, además de la pesca, el submarinismo para conseguir comida. También es muy característico el tipo de danzas y bailes que nosotros hacemos y el hecho de cocinar con azufre la comida. Como plato típico cabe destacar el «paspies», una mezcla de carne picada con patatas, cebolla y pimiento. 

-¿Cree usted que hay muchos vínculos entre Cornualles y Asturias? 

-Aparte del origen celta, encuentro similitudes en la comida y en los puertos pesqueros. 

-¿Qué destacaría de Avilés? 

-Es la segunda vez que estoy aquí y he visitado Castrillón, Illas y hemos ido a la playa de Salinas. Además las voluntarias del festival Beltaine nos han hecho una visita guiada por Avilés. La gente es muy agradable y me gusta hablar con ellos porque podemos comparar las culturas y es interesante. Lo más bonito de Avilés es el casco antiguo y el Niemeyer, que creo que es un punto fuerte para el turismo.

Entrevista a: Simon Lemoine



Giros al límite, frenadas de infarto, automóviles a dos, cuatro u ocho ruedas, motos que saltan siete coches y personas envueltas en llamas son algunos de los números que se pueden ver estos días en Avilés en el espectáculo de «Xtreme Motor Show». Uno de los protagonistas es el piloto Simon Lemoine, un alemán de 28 años que presentó ayer su número, por primera vez en España, en el pabellón de exposiciones de la Magdalena.

-¿Cómo decide dedicarse a este trabajo de riesgo? 

-Empecé a conducir con 3 años, y la verdad que me viene de familia, es algo generacional. Mi familia lleva décadas dedicándose a este tipo de espectáculo, aunque tengo que decir que cuando empieza el show mi madre se va porque piensa que estoy loco. 

-¿Qué siente cuando está subido en alguno de los «Big foot»? 

-Siento la adrenalina, y eso es lo que más me gusta. 

-¿Alguna vez hubo algún accidente grave o algún caso en el que el piloto saliera malherido? 

-Pues sí, de hecho yo mismo he salido mal parado en diferentes situaciones. Una vez me rompí un tobillo y estuve tres meses ingresado en el hospital. También me rompí la pierna por dos sitios diferentes y se me salió el hueso; el brazo me lo he roto en varias ocasiones. Si es un buen accidente lo peor que te puede pasar es que te rompas algo, pero si es un mal accidente hay que operar y eso conlleva estar seis semanas sin trabajar. 

-¿Han mostrado su show en muchos países? 

-Hemos viajado por diferentes lugares. Entre ellos Noruega, Finlandia, Francia, Italia, Suecia y Alemania, pero nuestro objetivo es recorrer la mayor parte posible de Europa. Ahora estamos en España e intentaremos visitar todas las comunidades posibles porque estaremos aquí, más o menos, seis meses. -¿Cuánto personal compone el cuerpo técnico del espectáculo? 

- El show está constituido por un equipo que incluye siete «stunt men», dos especialistas, cuatro técnicos, cuatro asistentes, un técnico en efectos especiales, tres mecánicos y cuatro empleados de pista. 

-¿Qué tipos de vehículos componen los números? 

-Necesitamos una amplia variedad de automóviles para nuestro espectáculo. Empleamos cabezas de tráileres, quads, motocicletas, coches de gran cilindrada, coches viejos para destrozar y la estrella del show: el «Big foot», considerado como un camión monstruo de ruedas muy pesadas. Es una marca registrada en Estados Unidos. De este tipo tenemos dos: uno es rojo y tiene grabado «monstruo», es un Chevrolet completamente hidráulico de seiscientos caballos. El otro es «mi bebé», un Cadillac blanco de quinientos caballos totalmente hidráulico que me permite girar las ruedas hacia dentro y hacia fuera. 

-¿En qué consiste exactamente el show?, ¿qué sorpresas se puede encontrar el espectador? 

-Básicamente se conducen coches sobre dos, cuatro u ocho ruedas. Hay muchos tipos de saltos, los que más suelen impactar son los de las motos, saltos sobre siete coches de una vez. Hay piruetas sin agarrarse a la moto y salir de un salto si es necesario. Hay que verlo.

Entrevista a: Yoshua Cienfuegos



Yoshua Cienfuegos (Gijón, 1973) es graduado en Arte Dramático por el Instituto de Teatro y las Artes Escénicas de Asturias y en danza contemporánea por el Institut del Teatre de Barcelona. Lidera la compañía Cienfuegos, destacada agrupación de danza contemporánea

-¿Qué es a su juicio lo más satisfactorio de una profesión como la danza? 

-Muchas cosas. Por ejemplo: el poder idear, crear universos, transmitir sensaciones, poder experimentar un proceso de creación de emociones y estímulos con un equipo tan comprometido como es el mío. Es cierto que todo trabajo tiene sus sombras, pero evidentemente si sigo en esta profesión es porque la parte positiva pesa mucho más. 

-En la obra «Odeim» que se presenta el día 14 en Avilés trata el miedo, ¿cómo? 

-Es un espectáculo que a nivel conceptual tiene muchas ideas y desarrollos teóricos. La obra está compuesta por cuatro piezas y el anexo de ellas es el miedo, que tiene en alerta a todos los intérpretes. En la primera pieza se muestran los miedos más primitivos, en la segunda se intenta representar ese momento tambaleante económicamente que estamos viviendo ahora, la ruindad. En la tercera tratamos la muerte de un rey, símbolo del paso a otras cosas renovadoras, es una metáfora del poder político, militar y de linaje. Y en la cuarta, varios miedos como la claustrofobia. 

-Con la compañía Cienfuegos ha hecho varios montajes y ha ganado varios galardones, ¿se queda con alguno en especial? 

-Todos son positivos porque te permiten seguir creciendo y seguir trabajando que es el mayor de los regalos en estos momentos. Podría destacar el Premio Nacional de Danza de Costa Rica porque fue muy gratificante para mí, pero en general todos los premios de reconocimiento han sido muy positivos.

Las mates también son de película



¿Qué tiene que ver «Los Simpson» con las matemáticas? Es una pregunta que rondó ayer por la cabeza de muchos alumnos del curso de verano de la Universidad de Oviedo «Una mirada a las matemáticas a través del cine y la televisión». La respuesta la tenía el matemático Abel José Martín que les mostró una sucesión de imágenes en las que aparecían números, geometría, astronomía, y hasta la famosa frase de Bart Simpson: «Multiplícate por cero», para demostrar que las matemáticas están presentes en todos los aspectos de la vida, también en el cine y la tele. 

«El cine es multicultural, engloba muchos aspectos de la cultura, y no acabamos de entender que las matemáticas son una parte de ella», explicó Alfonso Jesús Población, profesor de matemáticas en la Universidad de Valladolid. Según él, muchas veces se intentan desvincular las mates de la cultura y se piensa que están sólo para resolver cuentas y para medir, cuando no es así. Es el mito que pretende desmontar el curso. «Donde hay un problema, hay matemáticas» explicó el profesor en el Centro de estudios universitarios de La Ferrería. 

«Rain man», «Una mente maravillosa» y «Ágora» son algunos de los films que tienen en su argumento esta ciencia como base. «Las matemáticas han hecho que algunos directores nos obsequien con muy buenas películas», aseguró Población y añadió: «La de "Una mente maravillosa" se suele nombrar mucho en estos casos, sin embargo, no me gusta demasiado porque tiene una biografía adulterada». El problema es que, para el matemático, el cine muestra esta ciencia como algo excéntrico y raro y asegura que esos casos tan extraños en los que los autistas o las personas con una discapacidad mental son verdaderos genios pueden ser casos que lleguen al 10 por ciento de la sociedad, pero el otro 90 por ciento de los matemáticos no padecen ninguna enfermedad mental. También explicó que en el cine puede haber verdaderas escenas científicas que son perfectas y magníficas para enseñar, como por ejemplo la película de «Ágora», y que si él no las usa es porque no puede poner una película de dos horas para tan sólo un momento. 

Para aquellos aficionados a las películas relacionadas con las matemáticas, Alfonso Jesús Población recomendó dos de ellas: «La habitación de Fermat», en la que cuatro matemáticos son invitados por un misterioso anfitrión a una sala en la que las paredes se van cerrando sino resuelven varios enigmas; y la de «Los crímenes de Oxford», la resolución de un misterio en el que las matemáticas están muy presentes. 

«En el cine las matemáticas no están infravaloradas, todo lo contrario, sino se explotan más es porque son complejas y complicadas y de eso tenemos culpa los profesores», explicó. Según él, son ellos los culpables de la mala fama que tiene la materia. El motivo: explicar cómo hacerlas pero no por qué hacerlas. «No se trata de que todos seamos expertos en hacer derivadas ni mucho menos, lo que queremos es que la gente se conciencie de que las mates son una parte de la ciencia y de la cultura que está ahí y que es muy útil en el día a día», expuso el profesor. 

Y es que para él las fórmulas mágicas no existen, lo único que tiene que cambiar es la manera de motivar a los alumnos. «Viendo películas no aprendes a hacer derivadas, aprendes metiéndote en ellas», concluyó el profesor de la Universidad de Valladolid.

Un camino para perder el norte



Caminar es el más antiguo de los ejercicios y el senderismo una opción saludable para conocer la naturaleza recorriendo itinerarios rurales que proporcionan al caminante paz y sosiego. Las vistas que combinan playa y montaña son las preferidas de muchos de los caminantes que recorren kilómetros y kilómetros con una mochila a la espalda. La Senda Norte, en Castrillón, es el mejor ejemplo de este tipo de ruta. Estas características la convierten en una de las sendas más frecuentadas de la comarca. Este verano, con el buen tiempo a favor, la senda se llenó a diario de turistas y caminantes. LA NUEVA ESPAÑA ha recorrido la senda para descubrir (y también recomendar) sus encantos. 

Con aproximadamente diez kilómetros de camino (nivel de dificultad medio-bajo) la senda recorre la costa del municipio desde Arnao hasta Bayas. Se trata de una ruta llena de subidas y bajadas con algunas pendientes duras, como la subida al pueblo de Bayas desde la playa de Munielles y la subida al mirador de Vidrias desde la playa de Reguerón. Con una duración media de 5 horas, se puede recorrer andando, en bicicleta y a caballo. La senda se divide en tres partes: el primer tramo arranca de Arnao y llega a la playa de Santa María del Mar; el siguiente tramo continúa hasta la playa de Bahínas y, finalmente, el tercer y último tramo finaliza en el playón de Bayas. Claro está, la senda se puede hacer en un sentido o en otro, aunque lo normal es que se haga partiendo hacia el oeste desde la playa de Arnao, justo al lado del castillete de la mina. 

La senda comienza con una pendiente muy pronunciada en la que una familia de alemanes había decidido asentar su campamento veraniego cuando LA NUEVA ESPAÑA hizo la ruta. Heidelbeng Willi y Grobhaus Elke disfrutaron de sus vacaciones en la entrada de la senda verde, con sus dos hijos Annika y Nicolas. «Nos gusta este sitio por la naturaleza y porque no hay muchos alemanes; se agradece cambiar de aires», explica la mujer. Los hijos ya habían recorrido parte de la ruta en bicicleta y el mayor, además, aprovechó para escaparse a hacer surf a Salinas. «Es la segunda vez que venimos, hace tres años estuvimos en Ribadesella y en los Picos de Europa; nos encanta Asturias porque la gente de aquí es muy amable», aseguró el padre de familia. 

Tras un ascenso de aproximadamente un kilómetro, el primer punto de interés que muestra la senda es el mirador de La Ladrona, donde se pueden ver tanto la isla del mismo nombre como una amplia vista litoral. En una senda lo normal es ir a caminar, sin embargo esta ruta se presta para la práctica de otras actividades. Ángel Suarez e Iván Rubio son dos jóvenes de 26 y 27 años que diariamente se acercan al primer tramo de la ruta para practicar la escalada. «Es nuestro hobbie, por eso venimos todos los días y además las vistas son espectaculares», asegura Ángel Suárez. 

Unos metros más adelante ya se encuentra el descenso hacia la playa de Santa María del Mar, un lugar tranquilo rodeado de naturaleza, donde muchos veraneantes toman el sol mientras leen, como es el caso de Jose Luis Fernández, de Oviedo, que ya ha recorrido muchas veces la senda. «Conocí esta playa gracias a la senda y vengo a leer aquí porque es muy relajante y además las vistas son preciosas», explica. Sin embargo, hay otras personas que prefieren ir con toda la familia a pasar la tarde. Jesús Arbesú y Auri López son de Oviedo y eligen la playa de Santa María del Mar diariamente para ir con su perrita «Alba» a tomar el sol y bañarse, «Nos gusta porque hay poca gente y eso hace que estés muy tranquila», explica la mujer. 

La ruta sigue con unas cuantas subidas y bajadas hacia la playa de Bahínas, pero antes de llegar se puede disfrutar de un camino rodeado de valles donde pastan a sus anchas caballos y vacas. Este es el tramo preferido de Joaquín de la Riva, un caminante avilesino que ha decidido dar un paseo mientras su mujer toma el sol en la playa de Bahínas. «Me gusta el olor a mar de la senda», afirma. Un poco más adelante, justo antes de llegar a la playa de Bahínas, aparecen un par de ciclistas sorteando las piedras del camino. Muli y Gal Ross son dos israelíes que viven en Naveces desde hace un año y que han querido probar, por primera vez, como es la ruta en bicicleta. «Queríamos conocer el paisaje y decidimos hacerlo en bici, además nos gusta mucho el mar y las playas», asegura Muli Ross. A Gal Ross lo que más le gusta del Naveces es que está lo bastante lejos de la ciudad como para que haya paz, pero a la vez lo suficiente cerca para comprar cosas. 

Tras la playa de Bahínas, la ruta da paso a más praderas bordeadas por brezales. Ya casi a la mitad del recorrido, la playa de Munielles sale al encuentro del caminante. La senda atraviesa ahora la rasa de Bayas para descender a la playa del Cordial. Se asciende nuevamente hasta la rasa costera, alcanzando el mirador del cabo Vidrias y después un observatorio ornitológico, continuando hasta el mirador del alto de La Granda, para desde aquí bajar a la playa de Requexinos, en el extremo oriental del playón de Bayas, uno de los mayores arenales de Asturias. Aquí suelen a vernir a pasar el día David Pérez, su mujer, Susana Suárez, y su hija Inés. La familia es de Avilés aunque pasa todo el verano en Bayas. «Nos encantan las vistas desde los acantilados, pero hay algo que nos desagrada y es que hay partes que están muy descuidadas», lamenta el matrimonio.

Entrevista a: Próspero Morán



El periodista Próspero Morán es el director del curso «Periodismo cultural e información local: la crónica musical», que se imparte en el centro universitario. Morán nació en Langreo en el año 1962 y está licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Oviedo. Es autor de libros como «Lengua y Nuevas Tecnologías» y numerosos trabajos de investigación sobre los medios audiovisuales en Asturias. El curso que dirige en Avilés se prolongará hasta el 5 de agosto y los alumnos participantes viajarán al festival Intercéltico de Loriant (Francia). 

-¿Cuál es el papel del periodismo en la divulgación cultural? 

-El periodismo tradicional, a nivel local, juega un papel fundamental porque es el espejo en el que se refleja prácticamente toda la actividad que se desarrolla en esos ambientes. En ese sentido históricamente los medios locales tienen un papel crucial que hoy se está ampliando a estos ámbitos con la comunicación informal que se genera en las redes sociales. 

-En la información de deportes lo que más se fomenta es el fútbol. ¿Hay alguna preferencia similar en la cultura? 

-La crónica cultural por excelencia es la de espectáculos, que es una crónica con tradición y trayectoria histórica que se ha visto enriquecida con las nuevas tecnologías y las posibilidades que sufren sobre todo en el campo musical. 

-¿Qué elementos tiene que reunir una crónica musical? 

-Más que una crónica cultural es una crónica musical que tiene que tener al protagonista del mismo (el artista), la localización en la que se desarrolla la actuación, tanto física ( escenario, ubicación?) como cultural, porque no es lo mismo que se celebre en una tierra con aficiones flamencas que en un una con aficiones rockeras o gustos folclóricos. Además de eso, ha de tenerse en cuenta el momento económico, socioeconómico y cultural en la que se celebra porque no es igual un concierto de verano que uno en temporada o uno académico que uno protocolario. Y no podemos olvidar también las cuestiones estilísticas que son propias del género de la información especializada, temática y que presuponga unas características especializadas de periodista que es, además, la fuente de informativa en el caso de la crónica musical. 

-¿Cuáles son los objetivos del curso? 

-Primero, enseñar la información musical y la redacción periodística del genero de la crónica al alumnado pluridisciplinar relacionado no obstante con la temática musical y cultura. El segundo es contribuir de forma práctica a ese aprendizaje con una experiencia constructivista y colaborativa que se desarrolla en el festival de Lorient al que acuden los alumnos para poner en práctica los conocimientos recogidos esta semana.

Entrevista a: David Otero





David Otero Martín (Madrid, 1980), conocido como «El Pescao», es un cantante, guitarrista y compositor ex miembro del grupo de pop rock «El Canto del Loco». Ayer actuó en Salinas.

 -El principal motivo por el que está en Asturias es para hacer surf. ¿Por qué ha elegido Salinas?

 -Porque es una playa con buenas olas. Pero sobre todo vengo por la gente. Si no estuvieran mis amigos no vendría. Además, hay muy buen ambiente.

-¿Cuándo empezó a hacer surf? 

-Hace cinco años. Un verano me fui de vacaciones con mi familia a una playa de Cantabria y mi hermano y yo nos aburríamos al sol, así que vimos una escuela de surf y nos hicimos amigos de la gente. Nos dijeron que lo probáramos y desde ese día hasta hoy hago surf. 

-Y respecto a su música, ¿compone sus canciones? ¿Siguen alguna temática concreta? -Sí, compongo la música y la letra. Ya lo hacía en el «Canto» y ahora solo. La temática es la que surge en cada canción, no me cierro en un tema concreto. Es un proceso muy bonito porque tienes algo que contar y lo haces a través de la música. -¿De dónde nace el nombre de «El Pescao»? 

-Nace de una expresión muy idiota que usaba con mis amigos: «Chao, pescao». 

-¿La gente ya ha superado el hecho de que sea ex miembro de «ECDL»? -Sí, la gente toma mucho cariño a lo que hago, ven el proyecto con otros ojos, es otra estética y estoy encantado. No ha habido comparaciones, ni la gente piensa que se parecen ni nada. Y así es como tiene que ser, son proyectos diferentes.

Sexo alrededor del mundo




Valérie Tasso, sexóloga, escritora y ex prostituta, cree que se ha vendido una imagen del amor errónea. Este sentimiento, a su juicio, es intuitivo y requiere mucha cultura. «Si sois profanos en el arte no podéis juzgar una obra de arte. Con el amor pasa lo mismo», explicó la autora de «Diario de una ninfómana», que agregó: «Haría falta una cultura del sexo como la hay del arte». Provocativa, escandalosa, seductora y promiscua, Tasso ofreció ayer una conferencia en el Centro de Servicios Universitarios bajo el título «Amor, sexo y cultura». 

El amor tradicional -según lo que se entienda por tradicional, según Tasso- siempre ha estado protagonizado en Europa por la figura de un hombre y una mujer unidos en matrimonio. Se pueden encontrar también verdaderos sentimientos de amor que se manifiestan de distintas formas a lo largo del mundo. En el Tíbet, por ejemplo, las mujeres vírgenes están mal vistas. «Si un tibetano encuentra a una mujer que se ha tirado a todo su colegio mucho mejor», manifestó la sexóloga Valérie Tasso. Y no solo eso. «Cuando un extranjero llega a sus casas es frecuente que propongan al invitado pasar la noche con ellos o con ellas, y si se les dice que no se lo toman como un feo», aseguró. Casados o no casados, los tibetanos siempre dan la bienvenida en su cama. Por cada acto sexual que practican con un invitado se cuelgan un collar, por lo que es normal que lleguen a tener decenas. Lo suyo es una especie de «matrimonio abierto». 

El matrimonio Nuer es otra historia. Los Nuer -o Nath- son de Sudán y Etiopía. Se caracterizan porque una mujer estéril se une con otra mujer generalmente más joven para pasar la vida juntas. El hombre solo es necesario para fecundar a la mujer fértil y después se va. El matrimonio Mut'a se diferencia del resto en el pago de un dinero a cambio del placer obtenido de la mujer durante un periodo de tiempo determinado. Lo suelen practicar, según Tasso, hombres casados que viajan mucho y no quieren estar solos. Eso sí, si durante ese tiempo la mujer se queda embarazada, el niño tiene el mismo derecho que los hijos legítimos del pagador. 

Los inuit, también llamados esquimales, habitan en pequeños enclaves de las zonas costeras de Groenlandia y el extremo nororiental de Siberia. En la cultura tradicional, los matrimonios, aunque pactados en ocasiones, quedan generalmente a libre elección del individuo. La monogamia es la costumbre frecuente, pero también se da tanto la poliginia como la poliandria. La poliandria es el estado del hombre casado con varias mujeres, lo mismo que la poliandria pero al contrario, es decir, cuando una mujer puede estar al mismo tiempo en matrimonio con varios varones. 

Los tipos de matrimonios que hay repartidos por el mundo son muy diferentes. Por eso ayer Valérie Tasso quiso demostrar que no hay una forma predeterminada para llevar acabo ese desconocido sentimiento llamado amor. «El amor depende de cada persona, y está en nuestras manos cambiarlo si no estamos a gusto con él», aseguró por su parte la sexóloga Anabel F. Francos, que también participó en el curso «Sexología: erótica, deseo, amor y pedagogía» que dirigen en el Centro de Servicios Universitarios la sexóloga Ana Fernández Alonso y el profesor José Joaquín Arrieta. 

Esta mañana continuarán las ponencias a cargo de Iván Rotella, que ofrecerá una ponencia con el título «Parejas estables: la gestión del deseo erótico», José Luis Biztegi que disertará sobre «El imaginario y la fantasía» o María Mougeot que analizará la erótica y la moral social.

Fuente: LNE

La vuelta al mundo en 80... cervezas




Conocer países sin salir de Avilés nunca fue tan fácil. Con el XVIII Festival de la cerveza, que abrió ayer sus puertas en la plaza de abastos, se puede dar la vuelta al mundo con los labios orlados de espuma. Los distintos establecimientos participantes en la cita, organizada por la sociedad Mercado de Avilés, ofrecen hasta el día 20 todo tipo de cervezas entre las que se pueden encontrar las más habituales y las más desconocidas. Los asistentes comenzaron a bullir ayer a partir de las siete de la tarde, degustando bebidas de países como Alemania, Australia, Holanda y la República Dominicana, entre otros. 

La plaza se llenó de personas de todas las edades que habían quedado para lo que los avilesinos llaman popularmente «ir a la cerveza». Y algunos se sorprendieron, un año más, de la cantidad de marcas y tipos que existen. Cervezas como la «Fosters», de Australia, son bastantes conocidas en España, según apuntó Irene Fano, aunque muchos solo se animan a probarlas en festivales como este. Sin embargo hay otras como la «Timmerman» que no es tan común. Esta bebida es una de las más exitosas entre las personas que no son muy aficionadas al sabor fuerte de la cerveza ya que se puede degustar con sabor a frambuesa y melocotón, entre otros, tal y como señalaron los responsables de los establecimientos. Además hay cervezas muy fuertes como la «Leffe Blonde» de Bélgica, con 6,6 grados, y otras más suaves como la holandesa «Bavaria» con 5 grados o la mexicana «Sol» de 4,5 grados. 

Una nacionalidad que nunca falta es la alemana, con cervezas sin alcohol como la «Karamalz», que es negra y dulce; los combinados, que parecen tener mucho éxito entre los menos cerveceros, como la «Banana Weiss» (a base de cerveza de trigo y zumo de plátano) y por último cervezas con alcohol como la «Aventinus», que es la más antigua de Bavaria y tiene 8,5 grados. También la «Cubanero», de Cuba, la «Pilsner», de la República Checa, y la «Presidente», de la República Dominicana, tienen su sitio en Avilés.

Aún así, hay personas más nacionalistas que barren para casa y que prefieren un sabor más familiar como el de la «Estrella Damm» o la «Estrella de Galicia», dos de las cervezas más españolas más conocidas. Esta última es una de las más vendidas, tal y como apuntó Letizia Rivera. También son muy demandadas las asturianas «Belenos» o «L'Esbardu», según precisó Nacho Martínez.

Fuente: LNE

La gran familia del surf no entiende de tópicos




El estereotipo de los surferos los define como altos, jóvenes, fuertes, de pelo largo, con un estilo desenfadado en su comportamiento, con pulseras y una vestimenta colorida. Sin embargo, esa imagen es un mito; seguro que hay algunos que cumplen esos requisitos, pero la mayoría de los «tabloneros» que estos días se dan cita en Salinas con motivo del festival Longboard tienen estilos muy diferentes a las características comunes que se les presume. 

John Milius, director de la película de culto «Big wednesday», decía que todo lo que se necesita para un buen «film» de surf es una combinación de autos clásicos, grifos de soda, piruetas sobre tablas y frases como: «Eres un chico muy radical», porque «radical» en la década de los 70 era la coletilla surfera por excelencia. Cuarenta años después, la evolución ha sido inevitable pero alguna semejanza perdura: caravanas, cerveza, acrobacias sobre tablas y frases como: «Tío, vaya como molas». 

El surf nació en Hawaii pero se ha extendido por todo el mundo. Salinas es una de las playas con «mejores olas de Asturias», según Gonzalo López, uno de los surferos presentes en la localidad castrillonense, que desde hace diez años acoge todos los veranos a multitud de «tabloneros» llegados de diferentes partes de España e incluso de Europa, dispuestos a cabalgar las olas como solo ellos saben. 

Juan Antonio Barroso y su hijo Jorge, de 8 años, llegaron anteayer desde Cádiz. Es la segunda vez que se acercan a la costa cantábrica en verano con ocasión del festival Longboard. «Hemos venido por recomendación de unos amigos y porque las olas de Salinas son muy buenas en verano», explicaba el padre. Luca Gallino, un surfero italiano, llegó ayer con otro amigo a bordo de una caravana. A sus 29 años ya ha probado las olas de muchas playas de Francia, Italia, País Vasco y California y no quiso perderse las asturianas. 

Gonzalo López se decanta por el kitesurf, una modalidad que consiste en el uso de una cometa de tracción para deslizarse por el agua: «Aquí no se hace mucho porque falta viento, pero este año he querido probar». Wimy Izquierdo lleva veinte años practicando surf y ha llegado a coger olas de 4 metros. «Vengo todos los veranos al festival y la verdad que este año está mucho mejor organizado que el pasado», comentaba. 

Familias enteras, mayores y pequeños, gente de toda Europa, hombres y mujeres... A la vista está: no hay prototipos inmutables en este deporte.

Fuente: LNE

Monstruos sobre ruedas




Los protagonistas del «show», Saimen Lemoine y Sacha Bosly, dejaron boquiabiertos a los avilesinos con sus imposibles acrobacias a bordo de lo que para ellos son sus «bebés», también llamados «matagigantes» o «big foot». El espectáculo de estos ingenios de cuatro ruedas cuenta con ocho números distintos, a cual más peligroso y «absolutamente fascinantes», según Jorge Fernández, uno de los espectadores. El «show» levanta el telón con un desfile de coches de rally. Los pilotos no dudan en ponerlos a todo gas para demostrar la potencia de cada uno de ellos. El público aplaude a rabiar cuando Sacha y Saimen cambian sus automóviles por los quads para hacer acrobacias extremas. Los conducen sin manos, de pie e incluso a dos ruedas.

En el descanso, el organizador da paso a Gary Manolo, el «hombre de fuego», que con solo un casco de protección se sube al capó de un coche conducido por Saimen Lemoine y juntos atraviesan una pared de fuego. Para el siguiente número, los protagonistas, que hacen de dobles en la serie «Alerta Cobra», piden al público su participación. Los pilotos eligen a cinco chicas -entre ellas esta periodista- y las invitan a subir a los vehículos. Cuando las «voluntarias» se dan cuenta de dónde se han metido, tienen que agarrarse a lo que pueden para no caerse porque los coches ya están a dos ruedas. «Me animé a subir por probar y ha sido increíble; estoy alucinada, es como montar en una montaña rusa», asegura Jennifer Vázquez, una de las que probaron la experiencia.

«Me llamó mucho la atención y me animé a venir al show, pero nunca me habría imaginado que acabaría subida en un coche circulando a dos ruedas.

Cuando estaba ahí arriba se me durmieron hasta las piernas del miedo», afirma Lola Moreno. Cuando las mujeres se bajan de los vehículos, los pilotos siguen su número dando vueltas de 360 grados sobre dos ruedas para finalizar la primera parte del «show» Sacha Bosly subido al capó de un coche que circula a dos ruedas. La segunda parte de la actuación consigue arrancar la sonrisa de los espectadores. Las dos protagonistas del número, para la sorpresa de muchos, son dos niñas de tres y seis años, Isabel y Sofía respectivamente, las hijas del piloto Sacha Bosly. Las niñas dejan sorprendidos a muchos tras conducir los quads hacia atrás y con una mano. A continuación, el más joven de los pilotos, Saimen Lemoine se monta en su moto y, tras varios caballitos y derrapes, empieza su número de saltos. El motorista comienza saltando tres coches y va aumentándolos hasta llegar a siete. Para el último número Sacha Bosly se sube a un coche y da nada menos que tres vueltas de campana. La gente se encoje al ver que no sale del vehículo hasta que suena la música y el piloto brinca por la ventanilla para ponerse a bailar. El espectáculo acaba con los aplastacoches o «big foot». Sacha y Saimen se despiden del público destruyendo coches. De recuerdo: olor a gasolina y goma quemada. ¡Qué monstruos!

Fuente: LNE